lunes, 14 de diciembre de 2009

jueves, 26 de noviembre de 2009

Con un pinchito

me veo por las mañanas, con un pinchito por las tardes y por las noches (... de noche, bailan las calles, de día...) con mi flamante PDA. Conectada en todo momento. Hasta he decidido conectarme al caralibro, como dices tú. Leo el correo durante el desayuno. ¡Y el peródico también! Chica, es que soy otra. Digital. Y no lodigo por los dedos.

El pinchito de mi PDA, que sirve para seleccionar la contraseña, jugar al tetris, rascarme la cabeza mientras espero a que se cargue la página de esa tienda de Londres donde me gustaría comprar unos regalitos de reyes. ¡Quién pudiera como tú!

Yo, a lo sumo, me voy a Meridiano a comprar tus reyes. Y los de tu niña, si me dan el aguinaldo este año, que no lo sabemos aún en el trabajo. Por no saber (porno saber, porno sabor...ay, que me lío) no sabemos si habrá brindis de Navidad. Trabajar sí, eso sí, por favor, con horas extra y buena cara. De lo demás ya hablaremos.

Pues eso, con mi pinchito mágico de Skywalker, conectada como una adolescente (una niñata, que diría Chelo) muerta de la risa por mi atrevimiento. Te lo recomiendo. Plateado y finito, afilado y ergonómico (el mío sí, ¡ja!) Preciso. Me lío, me lío...

Nicolasito quiere una bici.

miércoles, 16 de septiembre de 2009

Ordenar los armarios

vaciarlos, pintarlos por dentro, empapelarlos, arreglar la bisagra de la puerta y el tirador de la gaveta que me levanta la pintura de las uñas cada vez que, despistada, meto mal la mano (últimamente ni siquiera la meto. ¡Ay! que fácil me salió el chistito. Yo me entiendo...). Luego dejar que seque todo ordenando mientras la ropa del niño, separar (hoy nadie dice tirar porque es una verdadera bastada el no pensar en los demás...) la que le queda chica. Montañas de ropa para llevar a las monjas, ¡cómo crece la criatura!


Con el corazón no es tan fácil, mi niña. Yo sé que tú has podido hacerlo otras veces, pero a mí no me sale. O me compro un armario nuevo o acaba comido por las polillas. Fíjate. Por usarlo poco o por usarlo mucho, al final se jode y hay que ponerse a arreglarlo...

Tres armarios empotrados del pasillo y el del dormitorio tendría que ordenar yo ¡por lo menos! Pero me cansa. Se me hace muy cuesta arriba enfrentarme a todo eso. Reyes salió así de su agujerito personal y le fue bien. La ayudamos todas las del grupo. Ahora está muy ocupada, creo. Hace mucho tiempo que no sé nada de ella, ni de sus cosas. Solía ser una buena amiga, en ejercicio y concepto. A ver si me la encuentro en un semáforo. Sí, son los sitios perfectos para, por unos segundos, hacer propósito de enmienda, y hasta que se ponga verde, volver a reanudar esa amistad tan intensa que fue y que ya no. "...te juro que te llamo..." Claro.

¡Pues mira! Me llaman al teléfono, ahora vuelvo.

martes, 15 de septiembre de 2009

Turbia

como la cerveza pero menos rubia. ¿Oíste mi niña? Mamá cumplió hoy años y lo celebramos como hacía tiempo. La pequeñita también cumplió hoy. Esas cosas del calendario. Así ha sido toda la vida, ellas dos juntas. Que lo estén que se sienten mejor.

Pero yo tengo un sensación indescriptible dentro de mí. ¡Mentira! Completamente descriptible pero poco clasificable, creo. Lo voy a intentar... Estoy cansada, eso está claro (no sabes cuántas veces he escrito esta frase). Pero relajada. Quizás por las copas que nos hemos tomado en su honor y gracias a su generosidad (vaya mujer más generosa y espléndida con sus hijos, y contigo). Tengo una sensación de ternura y confianza que me aligera el espíritu. Mañana, quizás, sea justo al revés. ¡Ah! pero eso será mañana. Ahora me voy a la cama, solita y contenta, encantada por todo lo que he vivido, por lo poco que he dicho y por el recuerdo contundente, abusón y aplastante de todas esas sonrisas, las de todos y todas ustedes que me han hecho sentirme la reina de la charca sin ser hoy mi día ni mi momento y sin haberme hecho una manicura sencilla... Qué bueno.

Un besito para que te acuestes, reconfortado, abrazado y atendido, en mis brazos y con tus olores. Un beso para que mañana empieces, muchacho mío, con todo el coraje que necesitarás. Besos, besos, amor y ternura.

¡Vaya! como si esos ingredientes fueran la receta mágica. En mi pueblo hace años que lo saben...

viernes, 28 de agosto de 2009

Bocadillos

los de anoche. Pequeños, variados crujientes. Martini, cava y vino. Comer con las manos y por los ojos, hablar por los codos y beber. Compartir con los amigos y escuchar buena música bien interpretada. Lo de anoche estuvo bien y te lo recomiendo.



De todo esto me quedo con comer con las manos





Agarra a tu muchacho y llévatelo allí. Seguro que se lo pasan bien

martes, 11 de agosto de 2009

miércoles, 29 de julio de 2009

¡Qué calor chica,

qué calor! No me acuerdo (porque siempre se quiere olvidar eso) la última vez que pasé tanto calor. Es como los partos, que te olvidas de lo que sufres hasta el punto que quizás te planteases el tener otro hijo (una niña esta vez, por favor). Pues no te acuerdas del día del verano pasado en que pasaste tanto calor.
En el trabajo, pegada a la silla, la mente plana y un poco sorda por el incapaz ventilador: sí, en esta oficina no hay aire acondicionado (ni talento, ni nada gratificante...). Eso, lo del aire, puede estar bien. La Naturaleza y el efecto invernadero, todos lo sabemos. Pero hay momentos en que te dan ganas de meterte en el coche con el chorro a mil y que se fastidien Kyoto, los Polos, las focas y el Amazonas. Luego lo piensas mejor y te pones roja de vergüenza por haber pensado lo otro, con lo que te da más calor (por el sofocón, se entiende). Así que mejor no pensar y esperar que llegue el momento de la caña a la orilla de la marea viendo pasar jovencitos en bañador ajustado. Y te vuelve a subir el calor, con lo que o te vas a un sitio con aire acondicionado o te tomas otra caña que luego te hace sudar un poco más.
Oye, complicado lo de estar comprometida con el medio ambiente con este calor.

viernes, 17 de julio de 2009

Sobre el Culo del Mundo

Juan Cruz lanzó una pregunta en su blog esta mañana, bien temprano por cierto. Yo no podía dormir con el calor y con la tos esta que me tiene partida por la mitad. Que se me pasará me dijo el médico, que eso no tiene cura, que se va solo. A ver si se manda a mudar porque ya tengo voz de camionero y un sueño perenne que me hace parecer más vieja cada día. ¡Y eso no puede ser!

A las cinco y pico de la mañana estaba yo leyendo su entrada el en blog. Preguntó dónde creíamos que estaba el Culo del Mundo, el verdadero. Don António, António Lobo Antunes, quiso creer que se encontraba en Angola entre los 60 y los 70. Puede ser que vaya cambiando de sitio, de vez en cuando y según hagan mutar las circunstancias a la concepción del propio Mundo que cada uno tiene. O quizás haya un Culo del Mundo definitivo y único... Sin duda aporta al Mundo una ineludible condición animal o humana. Si no, podríamos hablar de las Raíces o las Hojas del Mundo, ¿no? y parece que no pega mucho.

Creo que la manera infalible de encontrarlo es mirar justo al lado contrario de donde una esté disfrutando integralmente. Justo al otro lado del restaurante de comida riquísima, o de la playa apartada, solitaria y limpia, o de la coversación amena y enriquecedora, o lejos de los amigos y los quereres. Justo en ese punto debe encontrarse la, no por serlo, menos noble parte de la anatomía planetaria.

miércoles, 10 de junio de 2009

Centímetros cúbicos

Tengo la cabeza llena. ¡Cuántas cosas diría! Tendría que contarte todo eso que se me acumula, que no me deja dormir. Siempre había podido y querido decir todo lo que siento, todo lo que pienso. No, ahora no me siento capaz. En mi esquinita, sentada, esperando, repaso todo lo que quiero decirte, la mejor manera de hacerlo.

Pero una y otra vez no se me ocurre cómo. Realmente tengo el corazón lleno y la cabeza vacía.

jueves, 4 de junio de 2009

Esto no puede ser más que una declaración de amor

Quisiera fuera una canción, un romance o un verso. Lo que si quiero que sea, indiscutiblemente, es una acción de gracias por darle a mis ansias razón para un beso. ¡Oye tú! ¡Cómo me pegaron de pequeña los trovadores cubanos. Ramona y Berta, ¡que dos buenas amigas! de las de verdad, de las de siempre, de las de antes y ahora.

Ramona, Mona entre nosotras, es como una cirujano con el bisturí (y sin gintonic, que algunas hay) precisa en sus recomendaciones y certera en sus diagnósticos. Alberta, mi querida Berta, es como un albañil peinado de peluquería y con zapatos de Gucci. Su pragmatismo emocional y su objetividad realista y sincera son como un muro de piedra viva, contundente.

Mona se acaba de comprar una casa nueva, su primera casa propia, grande blanca y limpia. Me recomienda que le hable, que cuente lo que me pasa, lo que siento, que analice hablando dónde estoy y dónde quiero ir y que las soluciones llegarán a mí porque, realmente están dentro de mí. Berta, por el contrario, me recomienda que mire adelante que corra y que no pare, analiza mis valores por mí y me los muestra fríos y cortantes. Me ayudan tanto sus reflexiones.

Parece que estos días van de agradecimiento y de anhelo a la vez. A estas dos locas de mi alma quiero dedicarles esta entrada de hoy. Me llamaron después del trabajo, por separado, cada una a su hora y hablamos de sus cosas y de las mías. Inmediatamente después el sol era más grande, los árboles del parque más verdes y el camarero más guapo y atento (aunque creo que no le van las nenas, qué pena). Qué haría yo sin ellas...

En mi corazón las tengo junto a la tableta de chocolate y junto al disco de Grandes Éxitos de Abba.

Fíjate tú, hoy sigo triste pero voy a empezar una fiesta de una, para una, para mí. Me voy a beber un par de rones buenos y voy a poner toda esa música que me hace llorar de alegreza. Voy a poner canciones que hagan llorar y que me hagan bailar por dentro (Nicolasito no está hoy, por eso escribo, tengo tiempo).

Freeze my senses - Lionel Neykov
The blower's daughter - Damian Rice
Somwere over the rainbow - Israel Kamakawiwo'ole
For you - Tracy Chapman
Yolanda - Pablo Milanés
Gimme, Gimme, Gimme - Abba!!!

Bueno, y mañana temprano al dentista. ¡Ay dios!

martes, 12 de mayo de 2009

Mis tesoritos

¡Ay mis tesoritos! Este mes dos de ellos cumplen años. ¿Qué sería de mí hoy sin ellos, sin nuestro pasado común? ¿Qué haría yo sin sus referencias?

Pues mira mi niña, toda la vida atareadas por conseguir una mejor vida, interior, mirando las unas por las otras, exterior, luchando por los progresos. Hoy quiero agradecer que estén ahí, que me hayan ayudado tanto. Agradecerles la ayuda explícita, de la que son conscientes y también la que me han prestado sin saberlo, sólo por estar ahí. Siempre ahí.

Queridos tesoros míos, queridísimas. Hoy levanto mi copa (sí, esa que en estos días está demasiado vacía y demasiado tiempo en alto intentando escapar de mí misma, pero no por eso menos agradecida y orgullosa), hoy levanto mi copa en sincera y humilde señal de agradecimiento. Agradecimiento y alegría por poder contar con ustedes para arreglar un día malo, para celebrar uno bueno. Para contar un chisme, para comentar la novela, para aceptar un novio y para "mandarlo al guano". Para elegir el color de la pared o del pelo y el alto de la falda. Para resolver alguna duda del alma y el corazón, para aplacar la angustia y para renovar las ilusiones...

Va por ustedes, piezas imprescindibles e insustituibles de mi vida.

miércoles, 15 de abril de 2009

Coach, couching, couchee

Y todas esas cosas. La verdad, cielo, es que me pierdo...


Un día suena el despertador, y, como tú dices que haces siempre, en la cama, planeo el día, tomo decisiones y me lanzo: hoy me pongo a buscar ayuda, a encontrar la manera de desatascarme y salir adelante. Es sábado y tengo tiempo. Estoy sola (no es ninguna noticia), en la cama y en casa. El enanito está con el ogro de su padre... Me tomo mi tiempo y configuro, entre cabezadas, un plan: o terapia cognitiva, o flores de bach o coaching o lo que sea, pero tengo que salir de este letargo ya.

Me levanto. Preparo un café en esa magnífica cafetera que me regalaste y después me pongo a navegar para encontrar más información. Nena, ¡mira que hay texto digital al respecto! Por dios bendito. Lo del sicólogo parece una buena opción, contrastada pero quizás demasiado solemne y tradicional. Las flores de bach, lo siento, sé que las usas, pero me parecen un cuento chino, bonito pero chino. Mi niña, lo que me ha dejado descolocada del todo es lo del coaching.

Coach significaba, que yo recuerde, guagua, guagua llena de guiris en concreto, luego leí que también significa entrenador, vale, y coaching entrenamiento.

Empiezas a leer las experiencias de la gente y ¡arrea!, ya si es verdad que te echas a temblar. ¡Parece que consiste en pagarle a un tío para que te deje elegir a ti hacer lo que tú quieres!

Otro día, por las ganas que una tiene de aclarar el asunto, me voy a una jornada que organizó el marido de la compañera de trabajo auqella, de la que estuvimos hablando el jueves en mi casa, Nievitas, que se había ido al sur en semana santa y se quedó dormida en la playa y le robaron hasta los pañuelos de papel. Bueno, pues su marido organizó una jornada de presentación sobre coaching. Y yo, más lista que ninguna, me planté allí (tras aflojar los 60 euros de rigor, no te vayas a creer).

Una señora y dos señores comenzaron a dar una charla con más o menos gracia. Al momento "por favor, cámbiense de sitio. Usted por usted y usted aquí..." Unos minutos más tarde: "...hagan como si no se hubieran visto desde hace diez años..." (40 por lo menos, no conocía a nadie). Luego: "...como pueden ver no hemos traido proyector ni powerpoint ni nada..." Pero NADA. Ni siquiera un programa o guión de lo que iba a suceder allí. Hasta que llegado el momento comienza una sesión pública de coaching con uno de los asistentes. Mira, para qué fue aquello.

Antonio Lobo Antunes tiene un relato que se llama "Mi muerte". Me acordé del cuento en su "Libro de Cróncas". El protagonista era un especialista en los "Pues claro", "Lo entiendo", "¿A mí me lo vas a decir?"... dichos a un interlocutor sin el menor interés por los que éste dice. Al final acaba muerto.

No sé mi niña, ¿qué quieres que te diga? Pues que a mí me pareció eso, un cuento con un muerto, que, de ninguna manera, quiero ser yo.

jueves, 26 de marzo de 2009

El tiempo pasa y, sí, nos vamos poniendo viejos

Tienía razón Pablo, Querido Pablo. Son cuarenta los que se aproximan, están ahí. A punto de llegar. Los oigo detrás de la puerta. ¿Tú no? Claro, es que todavía eres una niña chica. Esa suerte tienes...Y esa desgracia también. Pero es así y así debe ser, además.



Y, sí, el amor tampoco lo reflejo como ayer. Entonces arremetía con todas las fuerzas y el decoro que se le consentían a una señorita de mi edad, es decir pocas por fuera y todas por dentro. Parecía un funambulista mejicano de esos de las noticias: caía del alambre y al minuto siguiente ya estaba encaramada otra vez en el hilo de la emoción y del dolor, en busca de un nuevo amor. Hoy, por el contrario, de vuelta ya de un montón de cosas, me peino antes de subirme al alambre, calibro el viento y si hay suficiente público. Pero me la juego, me la juego entera. Fíjate tú. Ya hace 20 años que tengo veinte y en asuntos del amor me juego entera. En eso no ha pasado ni un segundo.


Lo miro y no encuentro tampoco tanta razón entre los besos y los abrazos.

martes, 13 de enero de 2009

¡¿No vamos a hacer nada?!

Loca, rabiosa, desatada me tiene Israel. Furiosa, encendida, cabreada. ¿Cómo es posible que sigan actuando de esa manera desproporcionada? Furibunda, iracunda, colérica. ¿¡Qué coño le pasa a la comunidad internacional!?

Se me vira el buche cuando veo esas imágenes, cuando veo cómo la actitud del invasor no es ni tan siquiera recriminada oficialmente por los gobernantes europeos. ¡Qué asco!

http://es.youtube.com/watch?v=bMzH3gMHCi8

http://it.youtube.com/watch?v=UciIkxYDvtk

miércoles, 7 de enero de 2009

"...Morir de amor...

...despacio y en silencio..." Mira que soy dramática (vale, sí, y cursi también) pero tengo una penita negra hoy en mi interior "...sin saber que todo lo que he dado te llegó a tiempo..."

¡¿Cómo puedo recuperarte cielo mío?! Dime. Nuestra relación, como el mar con las olas o el niño con las burbujas de jabón, arquitecto incansable, no cesa en crecer y deshacerse.