domingo, 26 de junio de 2011

Qué miedo da,

pavor, ir al disco duro con el fin de eliminarno todo, queriendo no recordar más. Te armas de todo tu valor, te bebes todo lo que necesitas para hacerlo, seleccionas y pulsas suprimir. Y es que hay días que ni una peluca te salva de lo mal que tienes las puntas. Ya has ido demasiado a la peluquería. Ahora, y sólo ahora, sólo te salva un corte radical. ¡Ay chica! Y sin un peluqiero que valga la pena.

¿Se podrá recuperar? Carlos Luis, el niño de la Jimena, me dice que sí. Yo en un sinvivir, mis datos en el limbo de la informática, y él de vacaciones. Mal repartido que está todo.