pavor, ir al disco duro con el fin de eliminarno todo, queriendo no recordar más. Te armas de todo tu valor, te bebes todo lo que necesitas para hacerlo, seleccionas y pulsas suprimir. Y es que hay días que ni una peluca te salva de lo mal que tienes las puntas. Ya has ido demasiado a la peluquería. Ahora, y sólo ahora, sólo te salva un corte radical. ¡Ay chica! Y sin un peluqiero que valga la pena.
¿Se podrá recuperar? Carlos Luis, el niño de la Jimena, me dice que sí. Yo en un sinvivir, mis datos en el limbo de la informática, y él de vacaciones. Mal repartido que está todo.
Me cansé de aguntar injusticias, miserias y mediocridades. Hoy decido contarte todo lo que pienso
domingo, 26 de junio de 2011
lunes, 20 de junio de 2011
Sacudir las sábanas,
es como sacudir las sábanas. Lo que necesito, es una sensación. Le metes dos meneos y, aunque es la misma de siempre, parece otra. Nueva. Y no me refiero a que me metan dos meneos, no, aunque eso no estaría mal. Me refiero a sacudirme yo misma y aunque la misma de siempre, sentir que me renuevo y recobro la fe en mí. Tú me entiendes ¿verdad? Hasta mañana.
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