miércoles, 18 de noviembre de 2015

Yo runner,

tú runner, ella runner. ¡Muchacha! ¿Qué les pasó? Mira que se volvieron locas con el running. ¡Por dios! Parece que se ha convertido en lo más importante del mundo. Flacas, fofitas como yo, cachas... todas se han puesto a correr como si fuera lo único, lo más importante en sus vidas. Aquella que con treinta años no se movía ni a empujones, ahora resulta que con cuarenta y pico es runner.

¡Gertrudis! ¿Te acuerdas? Hasta ella. Loca en mallas por esa avenida, colorada, hinchada y sudorosa, Marc Anthony a toda mecha en el MP3 y sin dejar de mirar para que la vean... con lo que presumía de delicada y fina. Quizás por eso.

Nos chalamos Mary. Pasamos de las Avinidas del Colesterol a la Media Maratón. Esta generación mía perdió el norte. Y esta afición por salir a correr pero con 600 euros de material, a la que llaman running, a ser posible con un par de selfies junto al maromo de turno, es una prueba clarita.

Yo corrí una temporada, hace tiempo. Mucho. Justito antes de Nicolasito. Pero porque detrás venían no sé si los grises o los maderos. Hace mucho y mejor no recordarlo.