lunes, 2 de diciembre de 2013

Unas botas de agua,


un chubasquero y un paraguas. Y salir a saltar los charcos como aquel "acróbata demente" del tango. Y reírme de los que piensen que estoy loca. ¿Lo estoy? Seguramente. ¿Me importa? Seguramente no.

Se acaba este año. Se acaba ya, definitivamente. ¡No sabes qué ganas tengo! Por el amor de dios. Aunque, si una lo piensa fríamente, en ningún lado pone que porque se acabe el año tenga que cambiar algo el panorama...

Otra idiotez más a la que nos aferramos para tener esperanza. Yo soy más de sentarme a un ladito a esperar. Esperar a que cambie algo y a darme cuenta, a que deje de llover, a que crezca Nicolasito y se haga un hombre de provecho, a que llegue mi momento.

Aunque de tanto esperar puedo acabar como el del tango, con "...las rayas de la camisa pintadas en la piel y una banderita de taxi libre levantada en cada mano...". Aunque sólo tú me veas...