jueves, 27 de junio de 2013

Se me ha comido el cariño




Estoy furiosa, rabiosa, cabreada, caliente como un chino...Y agotada del todo. Ya no tengo ganas de hablar. Espero que esta tarde se me quite y pueda volver a mi vida y mis cosas. Hoy la rabia me tiene secuestrada.

Y tras la rabia, el hastío. Y después la pared. No hay nada después del hastío.

Espero que el gazpacho de mamá me recupere el ánimo un poco. De pequeña, si había gazpacho (¡Qué poco me gusta esa "z", contra!), no bebíamos otra cosa...Desayuno, gaspacho. Almuerso, gaspacho. Cena, gaspacho. De madrugada, furtiva, a la nevera...nada, mi hermana mayor dejando en el fregadero el cacharro del gaspacho. Nunca fui la primera, siempre llegué tarde. Y por eso no me acuerdo...En fin, que me enredo.

Pues sí. Algo voy a tener que hacer con esta rabia. O sentarme a esperar o intentar sacar provecho de ella. El niño de la Jimena dice que los jueves es cuando más le gusta salir. Un poquito golfo que se está volviendo éste. Su madre sabrá. Ya las tiene a todas haciendo cola en la puerta de su casa. Cómo ha cambiado el cuento desde que éramos chicas, mi niña...Igual me pinto, me peino y salgo a romperle la boca a alguien. Sería otra manera de canalizar esta "furia", que más me valdría "nacida libre" o "bonanza", coño.

Ay, lo siento. Estoy con la lengua suelta, simple como un martillo.

Pues eso querida, que de la rabia estoy hasta el gorro, aunque sea mi vocación.

Besitos