lunes, 14 de noviembre de 2016

La sal del caldero


Ese momento en el que pones sal al agua en el caldero y todo se jode. Qué cansada estoy -¡uf!- y qué mal tengo las puntas. Me temo que de mañana no pasa, peluquería, lavado y corte radical. Otra vez.

Pero es que esto hay que "sanearlo", que diría Maruca, la que tiene esa peluquería clandestina en el piso de abajo al de tu madre -la pobre, ni que tuviera un puticlú, aunque mejor le iría- . Ya desde jovencita se le veía venir; siempre con todos los colores de mechas que estuvieran de moda. Tanto amoniaco le afectó el pensamiento, o tanta acetona... Deja, deja, que es buena chica. Empezó a trabajar para el peluquero aquel que tenía tantas peluquerías. Hasta en El Sur trabajó. Pobre. Ahora en la calle. Pero saldrá adelante, es más viva...
Que si hierve o que si no hierve, estoy cansada y triste. Hoy me siento sumamente infeliz. Todo se repite y la sal se acaba...

¿Podré pedir revisión de examen al final de todo esto? Sería bueno saber en qué me he equivocado, aunque una vez fuera, ya no valdría la pena, aunque supusiera un alivio. Seguro.





martes, 18 de octubre de 2016

Qué difícil es a veces

mantener la intensidad, mantener el talante y la disposición. Hay días en los que casi no puedo resistirme a la tentación de hacer balance. Son esos días en los que te apetece casi la única cosa que no te puedes permitir. Como cuando vas a comprar una monadita para salir con las chicas el fin de semana y la única cosa que te gusta es la más cara -pero qué fina soy para ser de donde soy- En fin... Entonces Nicolasito, la hipoteca, y el sentido común por un lado, y el derecho a
hacer lo que quiero, los años de contención, la hartura por la crisis y las ganas de sentirme viva entran en combate a muerte dentro de mí. Unas veces ganan los buenos, otras los malos, pero siempre pierdo yo... ¿Te lo imaginas Chona? Seguro que sí; me da que a ti también te pasa a veces.

Luego me echo una siestita o veo la novela (o las dos cosas y a la vez, que es lo mejor del mundo a esas horas. Bueno, lo mejor lo mejor no es, pero es lo más parecido a lo mejor. Tú sabes) y la óptica de todo, cambia; ganan los buenos. La crisis no lo es tanto, te llamo para que me prestes otra vez el trajito negro que me queda tan bien y me entra  jiribilla por la espalda pensando en el viernes. Todas a la calle un rato. 



No soy rana,

bailarina, ni guapa. En el ir ir venir de la vida, de los acontecimientos, perdí el barniz, perdí las cuerdas, me desquinté... perdí la dignidad. Pero gané la mano, gané en la manía de fijarme en cojito, mirar a la fea y al tonto, lo defectuoso, lo tarado e incompleto.

Así, con el tiempo, me hice un sitio en el fondo, en el ladito donde suelo sentarme a ver las cosas pasar. Por estar allí cuando falló y recordarlo, por no olvidar ni un sólo segundo de mi historia, de la historia...

Ya estaba en la Luna cuando llegaron allí. Vi La Tierra desde el Halley cuando pasó cerca la última vez. Después le tomé cariño a lo que resultó de este compadreo con el infortunio; paseé por el lado salvaje y -al más genuino estilo Moehringer- me entretuve en los bares y, gracias a ellos, resucité.

Ahora me doy cuenta de que la decencia y la mentira van de la mano, igual que el amor y la apatía bailan en la misma baldosa y la burla y el dolor abundan en las mismas miradas.

Por eso Chona, voy a pasar de todo, a pasar de mí. Porque ya no tengo que manyar la gilería a casi nadie.

lunes, 4 de julio de 2016

El miedo a algo peor,


¿¡PEOR!? ¡tremenda farsa! Han pasado, ya pasaron las elecciones y, sí, tremenda decepción. Dentro de mí quedaba una esquinita de ilusión, de esperanza por cambiar y por sentirnos triunfadoras. Mary, ya sabes las ganas que siempre he tenido de celebrar la buena suerte, lo poco que me costó hacer aquello, lo loco que está por mí...

No es esa mi estrella. Y menos esta vez. Que trabajadores voten a la derecha siempre me ha dejado de piedra. Tanta gente sin criterio ni conciencia de grupo, de clase. Pero que haya gente que haya votado al partido en el poder por miedo a algo peor... me resulta flipante. Cada uno jugó sus cartas y, está claro, unos lo hicieron mejor que otros. El miedo, el "temor a Venezuela" como si fuera lo peor. Ay no, Chona, qué va. Te regalo todo esto. Miedo a que nos engañaran otra vez, a que no sólo no cumplieran con lo expuesto en el programa electoral sino que hicieran justo lo contrario. Debilitar al Estado, liberalizarlo todo (como si las empresas lo hicieran mejor en algún momento), recortar en lo fundamental para que no puedas expresarte ni atender otra cosa que no sea sobrevivir. La corrupción, tan entramada que alguno se refiere a ella como lo que "nos corresponde". La financiación ilegal, los aformaientos, las puertas giratorias... ¡Qué asco! ¿Algo peor?

¿Y los medios de comunicación? ¿Qué pasó con ellos? Me río, me muero de la risa con ellos. Han pasado las elecciones y ya no hablan de Venezuela. Me río, me muero de la risa de la labor de la prensa, el mito liberal de su función quedó retratado. ¡Manipulación es su apellido!


martes, 22 de marzo de 2016

Hoy son todos pensamientos tristes,



esta amiga tuya se siente hoy reventada por la realidad. Fuerte por dentro pero sacudida. ¿Qué le pasa a este mundo? Tanta violencia y tanta falta de respeto, de interés por el otro... Gente muriendo por todas partes, sin razón (chica, yo creo que siempre se muere sin razón).

Me encantaría ser una analista o una mediadora en conflictos internacionales y expresarme rotunda y claramente, postular una solución a tanta tragedia.

Pero no. También siento que de lo único soy capaz es de lamentarlo profundamente. Lamentar ese destierro forzoso, vergonzoso y humillante. Destierro de personas, escondiendo y ocultando el rastro. Pagando al sicario para que lo haga en nuestro nombre, en su nombre (y no en el mío). Verdadero asco Mary, repugnancia. ¡Europa se fue al carajo!

Nada querida, que mejor no nos veamos hoy. Te amargo el día y la noche que viene si te paras a mi lado a escuchar la tanda de pensamientos negros que hoy me rondan...

Por lo menos no soy de esas que le escriben a su padre en el Facebook, aunque haya muerto hace años (¡antes de que tuviera abierta una cuenta!). Las ganas de epatar, que se apoderan de los flojos.

Mejor el lunes