miércoles, 7 de julio de 2010

!Ay! hoy estoy contenta

¿Será el calor?, ¿ será el vecinito nuevo?, ¿será la copita de vino de la cena?. Sea lo que sea me he quedado muy contenta. Quizás es que, después de vieja, me estoy haciendo vieja por fin y todo me importa poco -oye, o lo justo, que no tiene que ser poco- Lo cierto es que tengo una soltura de piernas y una risita fácil que no veas.

Es como cuando de jovencita nos fumamos un cigarrito de la risa mi amiga Elena, su hermana y yo. Tú no estabas, te habías ido al último campamento de verano de tu vida. ¡Qué cruz, mi niña! Esos campamento del Opus a los que te mandaba tu padre te cambiaron definitivamente. Pero para mejor, ¡roja!, ¡so roja! ¡Mira que eres estupenda! Pues eso, nos estuvimos riendo casi 12 horas, desde la playa hasta mi casa. Ese día mi madre se había ido a Tejina con sus tías y pasamos toda la tarde noche haciendo el bobo en mi casa. ¿Qué fácil era todo entonces! Y muertas, pero muertas de la risa.

Después nos quedamos dormidas y tan felices.

Yo no sé si me dormiré como aquella vez pero es que hace tiempo que no te escribo y más para contarte algo bueno. En justicia, te lo debo.