domingo, 5 de diciembre de 2010

Nunca más mi niña, nunca más

"...Tú mucho partido pero
¿Es Socialista, es Obrero?
¿O es español solamente?
Pues tampoco cien por cien
si americano también.
Gringo ser muy absorvente.
Hombre blanco hablar con lengua de serpiente
Hombre blanco hablar con lengua de serpiente
Cuervo Ingenuo no fumar
la Pipa de La Paz con tú.
¡Por Manitú!
¡Por Manitú!..."

J. Krahe

Lo dicho. Nunca más.

viernes, 22 de octubre de 2010

Esa lagrimita

de café. Anoche, a la Charo, que también estaba sóla porque su chico la dejó tirada a última hora y ella para eso es una rueda de fuego, se le ocurrió que podíamos ir a tomar algo. "Salimos a cenar, nos tomamos una copita de vino y mandamos al guano al guanajo de mi novio...". Y yo, siempre más sola que la una, sin planes ni nada mejor que hacer, le dije que sí.

A casa de un cocinero monísimo fuimos a cenar. Cenar. ¡Qué bien comimos tú! Y qué bien lo pasamos. Risas, vino, camarero guapo, comida, más vino, postre...Postre y café. Maldita la hora. Estaba riquísmo también (todos estaban riquísimos, cocinero, camarero, vino y café). Pero chica, luego no pude pegar ojo.

Al principio, ya en casa, con los vapores del alcohol, me quedé dormida. Pero a las dos horas, como disparados por un muelle, abrí los ojos. No es que me llegara la revelación, no es que me diera cuenta de lo confundida que estoy. Es que me desperté con un run-run en el pecho y con todas las matraquilas encendidas y a pleno rendimiento. Una fiesta. Repasé hasta la lista de reyes godos, pero ni con esas (y mira que eso nunca había fallado). No me pude dormir.

Una se siente como una boba, sola en la cama y despierta, inquieta y agitada. Pero por nada, por nadie. Así, atenta y despejada. Me levanté y me puse a planchar, luego doblé ropa, puse música y justo en ese momento sonó el despertador.

Ahora siento que ya no soy la de antes, que tu me vas a ganar siempre en eso. Eso sí, seguro que tengo más ropa limpia, planchada y doblaada que tú. Pero eso no tiene mérito.

domingo, 5 de septiembre de 2010

¿Te gusta conducir?

Triste, así es como me siento. Y no me gusta. Pensé que con los años acabaría por quitárseme, casi por agotar las posibilidades de ponerme triste. Todos los domingos, a partir de las cinco o las seis de la tarde me sube la tristeza. Es como un vapor, una niebla. Poco a poco va subiendo desde el estómago a la cabeza y cuando se instala ya no desaparece hasta el lunes por la mañana, momento en el que otras brumas se alojan en la cabeza...


Me secuestra el resto del domingo, lo arrincona y lo atrapa. Y debería ser justo al revés. De jovencita pensaba que con los años aprendería, que me acostumbraría. Pero no, el aprendizaje vital, el que se adquiere año tras año en la vida no contempla la gestión de los domingos en su plan de estudios.


También mi madre decía que con la experiencia muchas cosas cambiarían. Sinceramente mamá, con la experiencia lo único que sucede es que algunas cosas ya no te suenan a nuevo, pero siguen jodiendo igual. Hacer planes, tener proyectos y expectativas. ¿Quién puede? ¿Quién las tiene?


No sé, me voy a tener que buscar unos faros antiniebla que conectar los domingos, porque, de otro modo no creo que consiga salir airosa de esta triste carretera, triste y dominical.

miércoles, 7 de julio de 2010

!Ay! hoy estoy contenta

¿Será el calor?, ¿ será el vecinito nuevo?, ¿será la copita de vino de la cena?. Sea lo que sea me he quedado muy contenta. Quizás es que, después de vieja, me estoy haciendo vieja por fin y todo me importa poco -oye, o lo justo, que no tiene que ser poco- Lo cierto es que tengo una soltura de piernas y una risita fácil que no veas.

Es como cuando de jovencita nos fumamos un cigarrito de la risa mi amiga Elena, su hermana y yo. Tú no estabas, te habías ido al último campamento de verano de tu vida. ¡Qué cruz, mi niña! Esos campamento del Opus a los que te mandaba tu padre te cambiaron definitivamente. Pero para mejor, ¡roja!, ¡so roja! ¡Mira que eres estupenda! Pues eso, nos estuvimos riendo casi 12 horas, desde la playa hasta mi casa. Ese día mi madre se había ido a Tejina con sus tías y pasamos toda la tarde noche haciendo el bobo en mi casa. ¿Qué fácil era todo entonces! Y muertas, pero muertas de la risa.

Después nos quedamos dormidas y tan felices.

Yo no sé si me dormiré como aquella vez pero es que hace tiempo que no te escribo y más para contarte algo bueno. En justicia, te lo debo.

martes, 16 de marzo de 2010

Sentirme afortunada,

eso es de lo que de verdad tengo ganas. Un golpito de suerte...Ya sé, ya sé, me dirás que eso sólo depende de mí. Pero tengo ganas de sentirme congraciada con el entorno, que el rencor desaparezca y de frotar las manos en la más grande de las alegrías, sin temor a las consecuencias. Pero tengo la sensación, pueril quizás, de que este mundo me debe algo mi niña. Y así me da que se las voy a tener juradas por un tiempo.

Quiero alegrarme sin límite, sentirme realizada, llena y sin demandas ni querellas con el mundo, ni contigo...Es todo. Y no es poco, lo sé. Todas las Damas de la Autoayuda me van a volver a decir que eso está en mi mano y que sólo yo puedo solucionarlo, que me tengo que aplicar. Pero chica, ¿no estaría bien que, como un empujoncito, el mundo me sonriera y me lo pusiera un poquito más fácil?. Creo que ya toca.

Pues yo, nena, en mi actitud más propiciadora, voy a bajar a poner una bonoloto, que es básicamente lo que me hace falta poner de mi parte para que el mundo se enrolle conmigo y me regale un pleno al quince, del quince (derquince, como dicen en mi barrio) para ver si entro en los cuarenta y uno de lo más chic y por todo lo alto.

miércoles, 10 de febrero de 2010

¡Ay mi niño!

Me pediste ayer consejo. Pero chico ¿yo, que no resuelvo para mi ni los asuntos más sencillos? Pensabas que no pasaba por aquí por lo del amor y tengo que confesarte algo. Sí, es por eso, por el amor. ¿Y te digo una cosa? Estoy harta, cansadita y harta de mí y del amor. Del amor y sus mil lados.

El hastío qué feo es. Yo me temo cuando me veo así. Pero ahora voy decidida, sin mucho ímpetu (¡Jesús, qué palabra! Ímpetu...) eso, sin mucho ímpetu pero tranquila y fríamente decidida. Casi sin dolor. Es que me paso el tiempo doliéndome el amor. Sí, yo a mí misma. Contrariada y confundida, sin ver lo bueno (por poco que me pueda parecer en algunos momentos) que me pueda estar reportando la situación. A tomar por culo (oye, discúlpame, pero es terapéutico. El sicólogo me dijo que fregara la loza para distraerme. Paso, yo digo exabruptos y que friegue él si quiere, ahí tiene la tonga de platos y vasos de dos días, hasta que venga el niño que está con ese otro cretino, su padre. ¡Ay! no sé si será bueno que me altere a estas horas...) no quiero complicarme más. Me cansa mucho.

Como ves no tengo el cuerpo para folías, ni el alma para malagueñas. El frasquito de las pirulas lo escondí la última vez, por orgullo y rabia. Pero hoy siento que empezaría uno ahora mismo, para salir de este estado de ánimo, de esta encrucijada emocional, generacional, cultural y presupuestaria que me hace ir hablando y pensando en blanco y negro, en el blanco y negro de los NOticiarios DOcumentales y no en el de las fotos bonitas de las calles de Berlín o de las de Ann Fetamina de bebé con una margarita en la cabeza - te pico el ojo Ann - sonriente y redondita.

Me preguntaste qué podías hacer, qué haría yo en tu situación. Lo siento rey moro, lo siento de verdad pero sólo puedo aconsejarte que cruces la calle, al lado soleado, y que cuando estés allí me avises, me digas si hay sitio (supongo que estará vacío) y me ayudes a cruzar a mí. El resto te lo cuento después, poniéndonos protector solar...