es como sacudir las sábanas. Lo que necesito, es una sensación. Le metes dos meneos y, aunque es la misma de siempre, parece otra. Nueva. Y no me refiero a que me metan dos meneos, no, aunque eso no estaría mal. Me refiero a sacudirme yo misma y aunque la misma de siempre, sentir que me renuevo y recobro la fe en mí. Tú me entiendes ¿verdad? Hasta mañana.
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